Estamos de paso
4 sep
Más escaso pero mucho más llamativo es el colirrojo real. También es un ave insectívora que, como los papamoscas, debe abandonar Europa para evitar morir de hambre durante el invierno. La hembra de esta especie es marrón con la cola naranja. El macho, sin embargo, tiene un plumaje muy contrastado, con cola, vientre y pecho naranjas, garganta y cara negras, frente blanca y capa superior gris. Es, realmente, muy bonito.
Yo lo he visto en el Parque del Oeste al inicio de la primavera hace un par de años y parece que cría en parques madrileños, pero la mayor parte de los que vemos están simplemente haciendo una escala en su largo viaje. Esta mañana de domingo 4 de septiembre, he visto dos ejemplares de esta especie en la Casa de Campo. La foto del colirrojo tampoco es mía. Thomas Kraft ha tenido a bien compartirla con nosotros.
Sobre la migración de las aves se ha investigado y escrito mucho, y aún así seguimos desconociendo muchas cosas. No es un tema que conozca mucho pero sí me gustaría puntualizar un par de cosas:
1. el motivo para migrar es garantizarse el alimento. Las aves no migran para evitar el frío, si no para eludir algunas de sus consecuencias, como son la desaparición de los insectos, o la imposibilidad de acceder a los peces de un lago helado, por ejemplo.
2. La migración, según parece, es un fenómeno reciente, de unos cuantas decenas de miles de años. Para ser correcto debería hablar de los actuales patrones de migración, ya que las aves han modificado su conducta varias veces según los cambios climáticos. Me explico: con la suavización del clima tras las grandes glaciaciones del cuaternario las aves acantonadas en zonas subtropicales y tropicales empezaron a colonizar los nuevos territorios descongelados, pero como el invierno seguía siendo demasiado frío para tener alimento constante, volvían a su zona de origen para invernar. La aparición y ampliación de grandes desiertos, como el Sahara, ha terminado por marcar aún más las zonas de reproducción e invernada, ya que las aves se ven obligadas a desplzarse, en muchos casos, desde el norte de Europa hasta el África tropical para asegurarse el sustento.
Habría mucho mas que contar, como los recursos para orientarse, las rutas, etc. pero lo dejamos para otro día, que me enrrollo.
Dedicado a Fran, para que se ría con mis papamoscas y mis colirrojos.
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