Los pájaros de San José
17 oct
Me gustan los títulos retóricos, no puedo evitarlo. Para quien no lo haya adivinado esto va de pájaros carpinteros. En España viven siete especies, en la Comunidad de Madrid cinco y en Madrid capital dos: el pico picapinos (Dendrocopos major) y el pito real (Picus viridis), que están muy presentes en nuestro barrio. Esporádicamente pueden verse otras especies, pero es raro.
Empezamos por el último. El pito real es un pájaro del tamaño de una corneja, verde -de ahí su nombre científico- con llamativo capirote rojo y bigotera del miso color en los machos y negra en las hembras. Es, con diferencia, el carpintero más fácil de ver por su carácter confiado y su costumbre de descender al suelo en busca de hormigas, su alimento favorito. Se le puede ver en casi todos los parques de Madrid. La Bombilla y el Parque del Oeste cuentan con una nutrida población de esta especie. Sin ir más lejos, sobre el césped detrás del Fernández Moratín se ve con frecuencia, saltando con las patitas juntas y su gran pico buscando comida.
Al final del verano también pueden verse juveniles de esta especie, acompañados por adultos, a la vera del río. Es el carpintero más adaptado a sotos fluviales, huertos y parques, en los que encuentra árboles de madera blanda en los que hacer su nido, y comida.
Pasemos ahora a la otra especie del barrio, el pico picapinos. Es de tamaño algo menor que el pito real. Su dorso es negro, con dos bandas blancas a ambos lados, y pintas también blancas. El vientre, la garganta y lados de la cara son blancos. Finalmente, el vientre es rojo o rosáceo y la nuca es roja en los machos y blanca en las hembras.
Sus costumbres también difieren algo del pito real. Así, siempre se le ve sobre troncos o ramas, no en el suelo. Habita bosques de todo tipo y en la Comunidad de Madrid ocupa desde los pinares de la sierra a las choperas junto a los ríos del sur. En nuestro barrio, dónde es más escaso que el pito real, es más fácil verlo en la Casa de Campo que en otros parques. Los grandes pinos alrededor del depósito de agua, al norte de la carretera del Garabitas, son un buen sitio para observarlo.
Aunque tampoco hace falta ir hasta allí. Junto al río, en el cruce de Ribera del Manzanares con Santa Comba, en un “viejo” chopo, hay un nido de Pico Picapinos, el de la foto, tomada el pasado mes de junio. Está en la entrada a su nido, tapado por las hojas.
Unas semanas más tarde este individuo, o su hembra, montaba un escándalo para atraer la atención de un gato que estaba al otro lado de la calle. Se puso en un árbol cerca del gato, en una rama baja, y “gritó” a la par que se alejaba de árbol en árbol, cada vez más lejos de su nido. Cuando consideró que el gato estaba lo suficientemente lejos de sus hijos, se marchó. Esta maniobra para distraer a los depredadores es común en muchas especies de aves.
Y hasta aquí el post de los pájaros carpinteros del barrio. Personalmente, la capacidad de estas aves para horadar los troncos y hacer su casa dentro sigue fascinándome como cuando era niño.
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